El Asesinato - Anton Chejov

En su cuento "El Asesinato", Chejov narra las innumerables penurias de Varka Stepanov, una niña de trece años que trabaja como criada, empleada doméstica para patrones explotadores, que le hacen cuidar a su bebé sin que pueda dormir. A pesar de sus tristes recuerdos, en los que aparece su mamá y su papá, ella trata con cariño al bebé hasta que una noche de excesivo maltrato enloquece y lo mata para poder dormir.

Varka es explotada por todas partes, es una sirvienta que carece de horas de descanso. Sus amos, le exigen muchos quehaceres domésticos sin parar. Entre ellos, "¡Varka, prepara el samovar!", "¡Varka, limpiale los chanclos al amo!", y por sobre todos, "¡Toma al niño!". Al no tener un momento para relajarse, esta muchacha muere de sueño, es tanto el sueño que su cabeza se cae mientras realiza las tareas. 

En esta narración de Chejov, no hay ironía como en su cuento el trágico, hay suspenso, una atmósfera torturada y un final lamentable. La explotación de los niños es condenada por el autor en este cuento, donde Varka saturada de rabia e impotencia descarga su frustración en el hijo de sus patrones, jefes. 

Además, no nos olvidemos de la historia de Varka, es huérfana y tuvo que mendigar antes con su madre y hermana, mientras buscaba un empleo. Su padre falleció por un problema de salud grave.

Un elemento fundamental aquí es, la locura de Varka. Empieza a observar manchas verdes en el techo mientras recibe maltratos y se desvela cuidando al bebe de sus amos. Esas manchas representan sus recuerdos tristes, es el aura que cree ver en el ambiente mientras está siendo maltratada por adultos abusivos. Ella se convence que el bebé es su enemigo que no le deja dormir y lo estrangula hasta matarlo para quedarse dormida. El verde es el comienzo de la locura, el sentimiento denso de impotencia y frustración.

Hay momentos en los que Varka logra conciliar el sueño, aunque le trae recuerdos de su pasado familiar. El sueño que ella tiene no la repara, es un flashback de su triste vida, un recordar de cómo llegó a la situación de servidumbre, de ser una muchacha, separada de su madre y su hermana.

Este relato, cuenta como para Varka el crimen, es la salida a su continuo sufrimiento. Ella simplifica su situación en un silogismo, “no me dejan descansar porque el bebé llora, si lo mato ya no llora; luego debo matarlo para descansar”. En la casa en que Varka trabaja hay por lo menos cuatro adultos que no colaboran con ella, la pareja de los patrones, el maestro y el aprendiz Afanasy.

Para preparar el desenlace con suspenso, Chejov hace intervenir a seres de la naturaleza que van comentando de forma coral lo que pasa con sus cantos, ellos son un grillo escondido en la estufa y afuera los cuervos y las urracas que tratan de levantar a todos con sus graznidos. Su sonido es aciago, es como la representación de un goteo en un vaso de agua que está a punto de ser rebalsado. Varka ha sido contaminada por la maldad de sus patrones sin poder dar marcha atrás.

Ahora, si tenemos que decir: cuál es la historia superficial y cuál la profunda...podríamos decir que la superficial, la historia que se cuenta, es que Varka cuida a un niño y es maltratada por sus jefes. Por el otro lado, la historia profunda, puede ser la del niño, por qué el niño llora todo el tiempo, cuál es el motivo por el cual sus padres no quieren cuidarlo. 


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