Resumen Descripción. Primera parte
Selección de textos: Alicia Méndez
- Barthes, Roland (1987) “El efecto de realidad”, en El susurro del lenguaje, Barcelona: Paidós.
- Maurette, Pablo (2021) Por qué nos creemos los cuentos. Cómo se construye evidencia en la ficción (fragmento), Madrid: Clave intelectual.
En torno a la cuestión de la descripción: textos y fragmentos
Por qué nos creemos los cuentos (fragmento) Pablo Maurette
La compenetración
- La compenetración, como la evidencia, es un proceso tripartito
- Para que haya evidencia debe haber un objeto A presentado a un sujeto B como prueba de un evento C.
- En un primer momento el sujeto (espectador, oyente, lector) se enfrenta con un objeto (la obra artística).
- Para que tenga lugar la compenetración, es necesaria la aparición de un tercer objeto, el sentido.
- La obra adquiere sentido para el sujeto, un sentido primordial que es condición de posibilidad de todo sentido ulterior y de todo contenido.
- Sentido: es la manifestación súbita de una realidad autosuficiente, la condición necesaria de todo contenido
- Compenetración: se trata de creer en la obra de otra manera, concediéndole el derecho a la existencia y aceptando en sus propios términos el mundo de imágenes que inaugura. La única decisión que toma el espectador es la de exponerse a la obra en el espacio físico y en el tiempo de los relojes
- La compenetración es un evento que se impone a nuestra sensibilidad y que irrumpe en la esfera de nuestra afectividad
- En la compenetración con la obra de arte se produce una sustitución: Al compenetrarnos con un cuento, con un cuadro, con una película, sustituimos momentáneamente nuestro mundo cotidiano por otro hacia el que proyectamos nuestras emociones
Lo perspicuo
- Es al mismo tiempo una cualidad natural de las cosas y del modo de percibirlas
- Una vez contenido en el envase perspicuo, la cosa es efectivamente reemplazada por la palabra, desaparece como tal y se vuelve ornamento.
- Perspectiva lineal (por Filippo Brunelleschi): es un mecanismo de reproducción de la realidad basado en líneas ortogonoales que convergen en un punto de fuga
- Perspectiva: asume la pretensión de perfecta correspondencia con el mundo
- Durero la definió de este modo: “Perspectiva es un término latino que quiere decir ver a través de”, y el pintor barroco Samuel van Hoogstraten la llamó “el arte de la transparencia”.
- Roland Barthes afirma en S/Z que toda descripción literaria es una “vista” y que el narrador se planta frente al mundo como a través de una ventana no tanto para ver sino para “establecer lo que ve”, para encuadrar la realidad, lo cual ya es una forma de transformarla.
- Por su etimología, perspectiva es hermana de perspicuidad. Ambas palabras vienen de per + spicio, refieren a mecanismos cognitivos similares y comparten una misma prerrogativa para la creación artística, visual en un caso, verbal en el otro.
- Mediante la perspectiva, el artista se apropia de la realidad objetiva “tal cual es”, la transforma en un producto de su subjetividad y la devuelve al mundo bajo la ilusión de que se trata de una representación exacta y verdadera sin resabio alguno de esa subjetividad que acaba de modelarla.
El efecto de realidad
Roland Barthes
- Flaubert, Michelet: estos autores crean notaciones que el análisis estructural, ordinariamente ocupado hasta hoy en separar y sistematizar las grandes articulaciones del relato, deja de lado, sea porque excluyen del inventario (no hablando de ellos) todos los detalles “superfluos” (en relación con la estructura), sea porque se tratan a estos mismos detalles (el propio autor de estas líneas lo ha intentado)3 como “rellenos” (catálisis), afectados de un valor funcional indirecto, en la medida en que al sumarse, constituyen algún indicio de carácter o de atmósfera y pueden ser así finalmente recuperados por la estructura.
- La notación insignificante (tomando este término en sentido fuerte: aparentemente sustraída a la estructura semiótica del relato) se vincula con la descripción, incluso si el objeto parece no ser denotado sino por una sola palabra (en realidad, la palabra pura no existe
- Algo totalmente distinto sucede con la descripción, ésta no tiene ninguna marca predictiva; en tanto “analógica”, su estructura es puramente sumatoria y no contiene ese trayecto de elección y de alternativa que da a la narración el perfil de un amplio dispatching, provisto de una temporalidad referencial
- La descripción aparece así como una suerte de “particularidad” de los llamados superiores, en la medida, aparentemente paradojal, en que no es justificada por ninguna finalidad de acción o de comunicación
- La “representación” pura y simple de lo “real”, el relato desnudo de “lo que es” (o ha sido) aparece así como una resistencia al sentido; esta resistencia confirma la gran oposición mítica de lo vivido (de lo viviente) y de lo inteligible; basta recordar que en la ideología de nuestra época, la referencia obsesiva a lo “concreto” (en lo que se exige retóricamente de las ciencias sociales, la literatura, las conductas) está siempre armada como una máquina de guerra contra el sentido, como si, por una exclusión de derecho, lo que vive no pudiera significar (ser significativo) y recíprocamente.
- El “detalle concreto” está constituido por la convivencia directa de un referente y de un significante; el significado es expulsado del signo y con él, por cierto, la posibilidad de desarrollar una forma del significado, es decir, de hecho, la estructura narrativa misma (la literatura realista es, sin duda, narrativa, pero lo es porque el realismo es en ella sólo parcelario, errático, confinado a los “detalles” y porque el relato más realista que se pueda imaginar se desarrolla según vías irrealistas). Aquí reside lo que se podría llamar la ilusión referencial.
- La verdad de esta ilusión es la siguiente: suprimido de la enunciación a título de significado de denotación, lo “real” reaparece a título de significado de connotación; pues en el momento mismo en que se considera que estos detalles denotan directamente lo real
Comentarios
Publicar un comentario